Una impresora láser es un tipo de impresora que permite imprimir texto o gráficos, tanto en negro como en color, con gran calidad.
El dispositivo de impresión consta de un tambor fotoconductor unido a un depósito de tóner y un haz láser que es modulado y proyectado a través de un disco especular hacia el tambor fotoconductor. El giro del disco provoca un barrido del haz sobre la generatriz del tambor. Las zonas del tambor sobre las que incide el haz quedan ionizadas y, cuando esas zonas (mediante el giro del tambor) pasan por el depósito del tóner atraen el polvo ionizado de éste. Posteriormente el tambor entra en contacto con el papel, impregnando de polvo las zonas correspondientes. Para finalizar se fija la tinta al papel mediante una doble acción de presión y calor.
Para la impresión láser monocroma se hace uso de un único tóner. Si la impresión es en color es necesario contar con cuatro (uno por cada color base, CMYK).
Las impresoras láser son muy eficientes, permitiendo impresiones de alta calidad a notables velocidades, medidas en términos de "páginas por minuto" (ppm).[1]
Dado que las impresoras láser son de por sí más caras que las de inyección de tinta, para que su compra resulte recomendable el número de impresiones debe ser elevado, puesto que el desembolso inicial se ve compensado con el menor coste de sus consumibles.
Sin embargo, también debe tenerse en cuenta que los consumibles de las impresoras de inyección de tinta se secan y quedan inservibles si no se usan durante varios meses. Así que desde este punto de vista también se puede recomendar la adquisición de una impresora láser a aquellos usuarios que hagan un uso muy intermitente de la misma.
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